El Conde-duque de Olivares o la condena del poder

 ¿Quién era?
Gaspar de Guzmán y Pimentel Ribera y Velasco de Tovar nació el 6 de enero de 1587 en Roma, donde su padre, Enrique de Guzmán, era embajador de España. Viviría en Italia hasta los doce años, siguiendo los importantes cargos de su padre, que sería Virrey de Sicilia y de Nápoles. Debería haber sido sacerdote, puesto que era el tercer hijo de la familia, pero la muerte de sus dos hermanos mayores le colocó como heredero y su padre le reclamó en la Corte de Madrid en 1604. Su familia, los Olivares, eran una rama menor de la Casa Medina Sidonia, el ducado hereditario más antiguo del reino. Al morir Enrique en 1607 Gaspar se desplazó a sus dominios sevillanos para gestionarlos e incrementar su poder. Volvería a la Corte en 1615 gracias al valido del Rey, el Duque de Lerma. Ya no pararía de crecer, demostrando un sobresaliente talento para las intrigas palaciegas y las conspiraciones,  hasta conseguir convertirse él mismo en valido del joven rey Felipe IV en 1622.

¿Conde o duque?
Gaspar de Guzmán era III conde de Olivares y I duque de Sanlúcar la Mayor y por ello se intitulaba Conde-duque. Acumuló una cantidad inmensa de cargos y privilegios. Fue marqués de Heliche, conde de Arzarcóllar y príncipe de Aracena. Fue Grande de España desde 1621. Amasó nombramientos cruciales como Comendador Mayor de la Orden de Alcántara, Gran Canciller de Indias, General de la caballería, Tesorero General de la Corona de Aragón y Teniente General, hasta convertirse él mismo en la personificación de todo el poder que emanaba de la Corona. También monopolizaba totalmente el acceso a Felipe IV, al ser Sumiller de CorpsCaballerizo Mayor y Camarero Mayor. La cercanía al monarca era fundamental para que Olivares pudiese actuar, en la práctica, como ministro plenipotenciario del Rey.

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¿Primer ministro?
Olivares no era un primer ministro, sino un valido o privado. El cargo de valido era característico de la corona española y era totalmente oficioso. Normalmente era ocupado por personas que no pertenecían a la alta nobleza, sino por nobles intermedios que se ganaban la confianza personal del rey. De esta forma, se evitaba que las grandes familias aprovechasen el cargo para aumentar su poder. El rey de turno se descansaba de sus funciones de gobierno en el valido y, si dejaba de confiar en él, lo cambiaba por otro. El término «primer ministro» es mucho más moderno y hace referencia al jefe de gabinete de una monarquía parlamentaria. Por eso nunca se debe utilizar para referirse a los validos.

¿Qué hizo?
Resumiendo mucho, gobernar en nombre del Rey Felipe IV, que tenía cosas más interesantes que hacer. La monarquía española se quedaba obsoleta y todavía seguía el modelo de gestión personalista implantado por Felipe II, algo que Olivares se propuso cambiar. Emprendió una plan de reforma administrativa, legal y financiera que no llegó a tener éxito porque el reino estaba arruinado. Su principal objetivo era convertir el caos de administraciones en un solo estado unitario y moderno. Al intentarlo, chocó frontalmente con los intereses de los nobles de los diferentes reinos que conformaban la corona. El principal problema interno llegó con los territorios de la Corona de Aragón, cuyos nobles y burgueses se beneficiaban de la hegemonía política hispana pero no contribuían económicamente al mantenimiento de ese status. En el exterior, Olivares frenó las campañas imperialistas de tiempos anteriores, pero el gasto necesario para mantener las posesiones de la Corona acabó pasando una factura imposible de asumir a las arcas reales.

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¿Cuándo perdió su poder?
Desde su ascenso, Olivares era consciente de ser el capitán de un barco que se hundía. El remedio que propuso, la unión de todos los reinos hispánicos en beneficio común, no sólo no llegó a salir adelante, sino que fue la causa principal de su caída. Los poderosos de diferentes territorios se rebelaron contra su centralismo: Cataluña (1640-1652), Portugal (1640-1658) y Andalucía (1641) se intentaron independizar. Aunque sólo Portugal lo acabaría logrando, los nobles enemigos de Olivares le señalaron como culpable de esta crisis. Fue desterrado a Toro en 1643. Sus adversarios políticos consiguieron que fuese procesado por la Inquisición. Murió en 1645 y fue enterrado en el monasterio de Loeches que él mismo había fundado.

¿Tenía razón Olivares?
La figura del Conde-duque es muy controvertida. Desató el odio de la nobleza y la Iglesia al intentar recortar sus privilegios para que el reino fuese más gobernable y decepcionó a sus partidarios al no lograr las reformas deseadas. Incrementó su poder constantemente a costa de los nobles a los que había hundido para crecer en la Corte, aunque esta práctica era la normal en cualquier corte europea de la época. Su diagnóstico de los problemas de España fue totalmente correcto: la hegemonía europea de la monarquía hispánica declinaba y el reino era ingobernable a menos que se uniesen todos los territorio administrativamente. Es imposible saber si sus medidas habrían funcionado, pero es interesante comprobar que en el siglo XVIII todas ellas fueron puestas nuevamente en marcha por los Borbones con el fin de modernizar la Corona. En palabras de John Elliott: «El conde duque de Olivares fue el primer modernizador de España».

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Bibliografía

FRANCESCO BENIGNO. La sombra del rey. Validos y luchas políticas en la España del siglo XVII. Alianza. 1994.

JOHN H. ELLIOTT. El Conde-duque de Olivares. Crítica. 2004.

JOHN H. ELLIOTT. Richelieu y Olivares. Crítica. 2004.

Imágenes del artículo
Conde-duque de Olivares por Diego Velázquez (1638), Museo del Hermitage
Javier Cámara como Olivares en «Alatriste» (A. Díaz Yanes, 2006)
[fuente]
Olivares a caballo (det.) por Diego Velázquez (ca. 1634), Museo del Prado
Conde-duque de Olivares atrib. a Diego Velázquez (1624), MASP

-Excepto indicación contraria, todas las imágenes proceden de Wikipedia. En todas aquellas que tengan otra procedencia, se indica o enlaza fuente-

  1. […] IV fue un rey extremadamente fogoso. Cuentan que incluso el Conde-duque de Olivares le proporcionaba amantes mientras su esposa, la Reina Isabel de Borbón, estaba embarazada, para […]

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  2. […] administrativa implicaba resucitar una medida que ya había intentado aplicar, sin éxito, el Conde-duque de Olivares. Ahora el nuevo rey, vencedor en la Guerra de Sucesión, pudo aplicar una racionalización legal e […]

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  3. […] desde niño, Felipe contó a su lado con el ambicioso Conde-duque de Olivares, que se encargaría de mantener entretenido al rey para poder dedicarse a gestionar el país a su […]

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  4. Olivares merece mayor reconocimiento y estudio del que ha tenido. Algunos nos consideramos «Olivaristas» por admiración y por los objetivos preclaros que en aquel momento perseguía. Una pena que no se fiase más del Cardenal-Infante, persona leal y capacitada en grado sumo.

    Gracias por esta magnífica página, que descubro mientras busco más música de la época. Me tengo por un barroquista en ciernes, un aprendiz curioso por las maravillas de ésta etapa histórica, culmen del desarrollo preindustrial, y que hace las delicias de éste que escribe.

    Un cordial saludo y te doy las gracias una vez más por tu magnífica labor.

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